No seamos derrotistas, el ser humano es solo un proyecto en el tiempo. Una construcción sin planos, ni fecha de finalización, ni director de obra. Si miramos la historia, después de Socrates, vino Caligula. Despues de Garcia Lorca vino Franco, pero también, después de la guerra mundial, vinieron los derechos humanos, los Beatles, los electrodomésticos y la píldora anticonceptiva. El animalísmo es una fiebre. La fiebre de una enfermedad que es la estupidez humana. Salvamos la vida a los niños del tercer mundo para sentirnos humanos, pero cuando aquellos niños crecen y se hacen adultos, nos ponemos la venda y les negamos el futuro con vallas y pasaportes. Lo que les hacemos a los inmigrantes no se lo haríamos a nuestras mascotas. Somos tan imbéciles que inventamos primero la lata de conserva y años después, el abrelatas. Pero no nos fustiguemos, nunca hubo una edad de oro, ni un paraíso terrenal, por lo tanto, esta era nuestra, tampoco es de plomo. Cada uno de nosotros tiene una cierta responsabilidad en esta situación. En mi modesta opinión, hay que elevar en lo posible el nivel del discurso, desenmascarar las falacias y hacer lo posible por no aumentar el numero de imbéciles. Porque todos, yo el primero, en algún momento del día tenemos la tentación de serlo.JUANSINTIERRA
Y oriente gracias al Islam, sigue en la mierda y la edad media. Lo peor es que es una moda lo del animalismo que ponen de moda los más tontos del lugar y les siguen otros que parecen más listos. El abuelo a la residencia de ancianos y el perro a su cama.
No seamos derrotistas, el ser humano es solo un proyecto en el tiempo. Una construcción sin planos, ni fecha de finalización, ni director de obra. Si miramos la historia, después de Socrates, vino Caligula. Despues de Garcia Lorca vino Franco, pero también, después de la guerra mundial, vinieron los derechos humanos, los Beatles, los electrodomésticos y la píldora anticonceptiva. El animalísmo es una fiebre. La fiebre de una enfermedad que es la estupidez humana. Salvamos la vida a los niños del tercer mundo para sentirnos humanos, pero cuando aquellos niños crecen y se hacen adultos, nos ponemos la venda y les negamos el futuro con vallas y pasaportes. Lo que les hacemos a los inmigrantes no se lo haríamos a nuestras mascotas. Somos tan imbéciles que inventamos primero la lata de conserva y años después, el abrelatas. Pero no nos fustiguemos, nunca hubo una edad de oro, ni un paraíso terrenal, por lo tanto, esta era nuestra, tampoco es de plomo. Cada uno de nosotros tiene una cierta responsabilidad en esta situación. En mi modesta opinión, hay que elevar en lo posible el nivel del discurso, desenmascarar las falacias y hacer lo posible por no aumentar el numero de imbéciles. Porque todos, yo el primero, en algún momento del día tenemos la tentación de serlo.JUANSINTIERRA
ResponderEliminarJuansintierra:
ResponderEliminarEres un artista y leyéndote, recobra uno su confianza en la humanidad, pero esto tiene muy mala pinta....
Y oriente gracias al Islam, sigue en la mierda y la edad media.
ResponderEliminarLo peor es que es una moda lo del animalismo que ponen de moda los más tontos del lugar y les siguen otros que parecen más listos. El abuelo a la residencia de ancianos y el perro a su cama.