lunes, julio 03, 2017

Sobre la buena novillada de María Cascón en Las Ventas


porque la verdad es que la corrida de los lisarnasios de doña María fue una espléndida lección de que todos los prejuicios hay que dejarlos en casa cada vez que se va a los toros, porque la novillada de hoy de Madrid ha sido un regalo para el aficionado, lo mismo en presentación, que ha sido pareja y equilibrada, que en comportamiento, que ha sido marcado por la casta pero también por la franqueza en la embestida, con su poco de mansedumbre -y esto no se dice ni mucho menos como nota negativa-, por la manera en que han rebatido ese lugar común de la frialdad de lo de Atanasio en los primeros tercios, y por la pena mora de que no hayan caído en otras manos que los hubiesen lucido más y les hubiesen dado más fiesta, que en esta vida hasta para ser novillo hay que tener suerte.

(…)

A la finalización del festejo la bondadosa afición venteña, a quien algunos interesados quieren pintar como ogros furibundos, aplaudió con sinceridad al conjunto de los cascones haciendo salir al mayoral a saludar. Yo disfruté una barbaridad con esta corrida, pero creo firmemente que esto que han traído dentro los novillos no es, ni mucho menos, lo que de ellos esperaban quienes los compraron. Desearía fervientemente estar equivocado



José Ramón Márquez – Aquí la crónica completa -

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