“Es peligroso el hacer con la bravura del toro comercio de comodidad para el torero: que sea bravo, pero hasta cierto límite, para que no acose y moleste al torero; que sea muy pastueño, pero que no se extreme hasta la mansedumbre que le ronda; que vaya a los picadores para salvar la divisa, pero que se deje pegar, quedándose sin tirar cornadas en el caballo; que tenga fuerza para entrar y salir , ir y venir en lances y pases, pero no tanto para que apriete en la acometida y ponga en aprieto al torero. Que no puntee en capotes y muletas. Puntear es querer y no poder cornear; iniciar sin lograr la cornada; marcarla sin propósito de darla; todo lo mas , quedarse con las ganas. Ni ese resto del instinto bravo de su raza. Que sea un toro cómodo, que es un nuevo matiz que complica y falsea la bravura y aumenta la confusión. Que sea bueno, en fin , para el torero. Esta es la receta mágica que se busca: que parezca toro, que parezca bravo, y que no lo sea”
Gregorio Corrochano“¿Cómo
ha de ser el toro de lidia?”
Foto superior : Indulto de un Garcigrande en Cáceres
Foto 2: Un Miura en Bilbao
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