Por fin despedimos 2016, año trágico para el toreo porque murió en la plaza de Teruel Víctor Barrio el pasado mes de julio y anteriormente Rodolfo Rodríguez -el Pana- en México y el novillero Renatto Motta en Perú, ambos como consecuencia de sendas cogidas en plazas de toros.
Si añadimos el desprecio de las autoridades, el olvido de la prensa, los ataques de los antitaurinos, las declaraciones de Enrique Ponce y la concesión de la medalla de las bellas artes a El Juli, parece que nos encontramos en un agujero negro del que será difícil salir.
Pero nunca perder la esperanza, la nueva empresa de Madrid -comandada por Simón Casas- llega empeñada en recuperar el brillo de antaño, cuando cada tarde se abarrotaba la plaza de las Ventas, se disparaba la reventa y la élite política y económica se daba cita allí para rematar sus negocios.
No sabemos cómo pretenden lograr semejante hazaña, si llenando la plaza de público o de aficionados. Al público se le atrae con unos pocos nombres propios en los carteles que resultan muy caros y poco interesantes para la afición conspicua a la que interesa ver ganaderías de diversas procedencias en manos de toreros valientes y con oficio, dispuestos y entregados que no ordenen a su picador machacar el toro en el primer puyazo, que sean capaces de someterlo y aguantarlo con torería y dignidad y le toreen con arte.
Sólo vimos hacer algo parecido este año a Alejandro Talavante y más de la mitad de la plaza fue incapaz de valorar su faena plagada de oficio, mando y torería. (Dato positivo de 2016, habrá muchos más que se me escapan, seguro)
En cualquier caso esperemos que al menos el año próximo no nos deje más muertes de toreros y podamos celebrar el éxito de la nueva empresa de Madrid por su acierto en la gestión.
Feliz año a todos, salud y alegría de vivir!!!
Jandro
sábado 31 de diciembre de 2016