viernes, julio 02, 2021

Clairac por J. Porcar

 


En pleno corazón del Campo Charro se encuentra la finca “La Moral de Castro” situada en el término municipal de Garcirrey (Salamanca). En ella pasta la ganadería de “Clairac” y hasta ella nos desplazamos una bonita tarde primaveral del pasado mes de mayo para realizar este reportaje. Para recibir nuestra visita a la finca nos atendió don Ecequiel, el actual mayoral, uniéndose más tarde el representante y ganadero don Rafael Peláez Lamamié de Clairac, el cual nos fue desgranando los actuales entresijos ganaderos. En primer lugar, nos habló sobre la finca, la cual la calificó como prototipo del Campo Charro, con terreno suavemente ondulado, encinas, alcornoques y quejigos, arboles estos hechos de una cruza entre encinas y robles. Su suelo no es el óptimo para destinarlo a la labor, eso sí, es muy apropiado para la crianza del toro bravo, pues posee buenos pastos y a poco que llueva estos son muy buenos y nutritivos, que unidos a la buena arboleda reinante, proporcionan abrigo a las vacas y sus crías en los duros meses de invierno, como ha sido el pasado, así como de las altas temperaturas veraniegas. 


 

El encaste de la ganadería es propio, “Clairac”, pues llevan casi 100 años con los mismos mimbres, ya que fue el abuelo de nuestro anfitrión don Rafael Lamamié de Clairac, quién en 1923, compró la cuarta parte en que se divide la ganadería de don Luis Gamero Cívico tras su fallecimiento, que a su vez este la adquirió de don Fernando Parladé. Anteriormente ya tenían ganadería, empezó en 1885 don Eloy Lamamié de Clairac, padre del abuelo de nuestro contertulio, con otro encaste que llevaron totalmente por separado, quedándose con el paso de los años, solo con las reses de origen Gamero Cívico – Parlade. 



Evidentemente al tener tantos años el mismo encaste y reducir la vacada, han aparecido algunos problemas de consanguinidad. El más acusado fue el bajo índice de natalidad de las vacas, así como el alocado comportamiento en el campo de las reses, este problema fue detectado por el anterior mayoral don Jesús, el cual hace poco que se jubiló. Este le comentó a don Rafael del comportamiento raro de las reses en determinados momentos y ocasiones. Para corregir estos problemas hace unos años, tomaron la decisión de refrescar, que no cruzar la vacada. Para eso se pusieron en contacto con don Pablo Hernández, representante y ganadero de “Santa Teresa”, las razones fueron obvias. Esta ganadería tiene la misma procedencia que la de Clairac puesto que se formó con reses de don Luis Gamero Cívico. Esta ganadería antes de llamarse “Santa Teresa” llevaba el nombre su anterior ganadero don Félix Hernández Barrera, que fue la persona que compro la ganadería a don Juan Guardiola Soto, cuya procedencia era Gamero Cívico. Tras el refrescamiento el tipo de la ganadería no ha variado, tal vez los machos hayan desarrollado un poco más los pitones, hecho este que se puede observar en la camada de novillos de este año, así como un poco en sus pelajes, manteniendo los de toda la vida con pequeñas variaciones en las tonalidades. En la actualidad, los sementales de “Santa Teresa” ya no padrean, tan solo lo han hecho un par de años, por lo que esperan ir corrigiendo los problemas derivados de la consanguinidad, como de hecho así lo están viendo, e ir por absorción volviendo a los orígenes. Para el buen funcionamiento de la ganadería son muchos los aspectos a tener en cuenta: alimentación, sanidad, manejo, etc. 



Pero sí hay uno en el que se tienen que poner los cinco sentidos: la selección, o sea en las tientas. A la hora de tentar a un animal, tanto hembras como machos, se tiene en cuanta todos los aspectos de la lidia del toro bravo. Dando énfasis a la suerte de varas ya que en la casa se considera la prueba definitiva para medir la bravura del astado y así, dar la importancia y belleza a una suerte que por desgracia una gran parte de las plazas omiten. Esta suerte se toma muy en serio ya que de ella depende la aprobación de un animal. Afortunadamente cuando son bravos en el caballo lo son en la muleta y en esta, aparte de ser bravos tienen que tener recorrido, clase y nobleza sin ser tontos, porque hay que buscar animales que trasmitan emoción al tendido y que no den la sensación cuando los están lidiando de que cualquier persona que este sentado en su localidad se sienta capacitada para darles algún muletazo o capotazo. 

 


La vacada en la actualidad está compuesta por 70 vacas y 5 sementales, de los cuales 3 han sido aprobados recientemente, por lo que están a la espera de ver los resultados que dan sus descendientes. Para la presente temporada tienen preparados una camada de 20 novillos, que son los que ilustran el reportaje, teniendo algún festejo apalabrado, ya que afortunadamente parece que el mundillo taurino se está moviendo, esperemos que se lidien, porque sería una verdadera lástima que los novillos terminasen en el matadero. Actualmente el encaste de muchísimas ganaderías es el mismo, Domecq. No es que tenga nada en contra de este encaste, al contrario, me parece magnifico. Lo que no me gusta es que en la confección de los carteles de las ferias se esté abusando de este encaste en exceso. Evidentemente es por las exigencias de las denominadas “figuras actuales”, que para mí no lo llegan a ser. Si echamos la vista atrás, las figuras de antaño estoqueaban todo tipo de encastes y ganaderías, triunfando con todos. Siempre se ha dicho que en la variedad está el gusto y esta brilla por su ausencia. Por eso a mí, me gusta dar a conocer ganaderías que no pertenezcan al monoencaste; esta reflexión se la hice al ganadero, preguntándole si se sienten nadando a contracorriente con el encasté de la ganadería. La respuesta fue tajante: no. Ellos desde hace casi 100 años poseen el encaste, por lo que para ellos es lo más normal tenerlo, cuidarlo y conservarlo, ya que hay que recordar que los triunfos obtenidos por esta ganadería son muchísimos. Por poner un ejemplo esta ganadería era asidua a la feria de Bilbao o la de Salamanca, obteniendo triunfos En una de mis visitas anteriores el antiguo mayoral me enseño una fotografía acompañado por Espartaco saliendo por la puerta grande. Y de eso no hace tantos años. Afirmando que mientras haya fuerzas, ilusión y posibilidades económicas seguirán con este encaste, no planteándose el cambiar de encaste, antes cerraban el chiringuito, esperamos que esto no ocurra. 


 

Finalizando nuestra visita, quise que contase alguna anécdota ocurrida a lo largo de su vida ganadera, de inmediato sonrió. A la temprana edad de 7 años ya sentía curiosidad y por qué no, afición taurina. En aquella época eran sus tías las que dirigían la ganadería, los días de tentadero pensaban que por la corta edad de don Rafael, este no debía de asistir a las tientas, ya que tenían miedo que le ocurriese algún percance a tan corta edad, más que nada de caerse de alguna tapia, por lo que lo encerraban en la casa ganadera. Claro, este sentía curiosidad, escapándose y dirigiéndose sigilosamente hasta la placita de tientas, para ver el tentadero. Les puedo asegurar que la casa ganadera está bastante lejos de la placita de tientas, por lo que la caminata era importante. Cuando su presencia era detectada por sus tías o algún empleado de la ganadería, de inmediato era trasladado a la casa con la consiguiente regañina. 



 Tras esta curiosa anécdota nos despedimos de don Rafael, no sin antes agradecer su amabilidad y cederle la palabra por si quería añadir algo a lo dicho, agradeció nuestra visita, añadiendo que para el disfrute de ellos y de los buenos aficionados seguirán con este encaste, que es tan particular y peculiar. 





 

 

2 comentarios:

  1. Buen reportaje y maravillosa ganadería.

    ResponderEliminar
  2. Siga con esa afición, no le conozco, yo era amigo de D. Antonio que por el apellido pudiera ser familiar suyo, soy muy aficionado y me gusta la diversidad. Un saludo.

    ResponderEliminar