No
es la primera vez ni será la última, que les presente un reportaje
sobre la ganadería de Barcial.
Ya lo sabrán, me fascina el encaste
Vega-Villar, el cruce realizado con sangre veragua y santa-coloma
desembocó en uno de los encastes más peculiares y particulares de
la cabaña brava española. En esta ocasión la entrevista del
reportaje, con el visto bueno del ganadero Jesús Cobaleda, se la
hice al actual mayoral Beli, aunque primero tuve una pequeña
conversación con Jesús, el cual me comento que el primer mayoral
que tuvieron en la ganadería fue Aniceto. Este probablemente vivió
la época más floreciente de la ganadería, acompañado en muchas
ocasiones a las figuras de la época en sus salidas a hombros por las
puertas grandes de las distintas plazas de nuestra querida piel de
toro. A este le siguió Adolfo, cuyo hijo aún está vinculado a la
ganadería, ya que Oscar es el picador en las tientas que se realizan
en la ganadería. Tras la jubilación de Adolfo le sucedió en el
cargo Ignacio, este ha estado en la ganadería 43 años, los últimos
20 como mayoral, toda una vida, ya que tras licenciarse en la mili en
Valencia se unió al “equipo” de Barcial hasta su ganado
descanso, a este, a principios de 2021 le ha sucedido en el cargo
Beli, el cual lleva trabajando esporádicamente para la familia 31
años, de estos los últimos 9 fijos en Barcial.
Debido a su edad
Jesús ha tenido un trato más estrecho y directo con Ignacio y Beli,
calificándolos como dos personas con una afición desmedida, ya que,
si no fuese así, no hubiesen podido desempeñar las labores de
mayoral, siendo su trabajo fundamental para en el buen funcionamiento
de la vacada, conociendo a cada animal y sus antepasados. A parte de
sus costumbres y sus necesidades, evidentemente cada mayoral tiene
sus defectos y sus virtudes, muchísimas más virtudes que defectos.
Ignacio lo describió como una persona con una memoria privilegiada,
pues conoce todas las reatas de memoria, no haciéndole falta
consultar ninguna anotación para saber los descendientes de cada
vaca y eso a la hora de realizar cualquier trabajo de enlotado lo
aligera, de Beli ensalzó su versatilidad y la gran capacidad para
solucionar cualquier problema. A parte de una afición por la
tauromaquia fuera de lo común, desempeñando en ocasiones las
labores de mozo de estoques, ejerciendo esta labor más directamente,
con el novillero salmantino Raúl Montero Baz, del cual es su tío;
muestra de su afición es que en sus años mozos intento la aventura
de ser torero, siendo maletilla y frecuentando las plazas mayores de
muchos pueblos de Castilla y León, llegando a alternar con el
maestro Julio Robles.
En todo reportaje lo
primero fue fotografiar el ganado. En esta ocasión fue Beli el que
me acompañó y me guio en las labores fotográficas, facilitándome
esta tarea ya que conoce cada recoveco de las fincas, así como las
costumbres y querencias, prácticamente de cada animal.
Tras fotografiar el
ganado, en el comedor de la finca “La Matilla”, que por cierto es
precioso, lleno de fotografías y recuerdos de la ganadería,
mantuvimos una amena charla con Beli. Este nos contó que el día a
día de la ganadería es tranquilo, lo primero es dar de comer al
ganado y repasarlo, por si surge algún problema y solucionarlo. En
el repaso del ganado le gusta “manosearlos” ósea, tenerlos
controlados, hablarles y pasarles por su lado sin molestarlos. De
esta forma, si hay que hacerlos pasar por los corrales o cambiarlos
de cercado, estos son menos ariscos. Otras tareas que desempeña es
acrotalar los becerros, en esta tarea hay que tener paciencia y maña,
ya que las vacas de esta ganadería son muy “madres” y si no se
hace con paciencia y maña te puedes llevar algún que otro susto. En
conjunto le gustan todas las labores que desempeña, menos cuando hay
que curar algún toro, por culpa de algún percance que hayan tenido,
como puede ser alguna cornada o algún pajazo.
Otro de los aspectos por
el que le pregunté, es por el comportamiento del ganado en el campo,
ya que es sabido, que, debido a las normas impuestas desde Bruselas,
el ganado debe de pasar distintas pruebas sanitarias, para tener en
regla la documentación exigida; debiendo de pasar varias veces por
los corrales y las mangas, para ser saneados y poder ir renovando la
carta verde, para poder comercializar las reses libremente por
Europa; comentando que en líneas generales son animales tranquilos,
siempre y cuando no se enfaden, cuando hay que bregar con ellos hay
que hacerlo despacio y con paciencia. Nunca con prisas y violencia,
pues si dicen que no son muy tozudos, como los tiene “manoseados”
no tienen grandes problemas para trabajar con estos, eso sí, no
teniendo que ver nada su comportamiento tranquilo en el campo, con el
comportamiento en la plaza, bien sea en los distintos tentaderos; o a
la hora de ser lidiados en la plaza, estos se trasforman pues son
animales muy bravos, los cuales realizan unas peleas en el caballo
espectaculares.
En cuanto al momento por
el que está atravesando la ganadería lo califico, “al alza” y
muy esperanzador ya que los resultados cosechados con los novillos
lidiados en la temporada del 2019 así lo atestiguan. Teniendo un par
de sementales que están ligando muy bien y que poco a poco irán
recuperando las distintas plazas torista de España y Francia;
esperemos que la situación actual permita que la ganadería acuda en
esta temporada a las plazas reseñadas como las francesas en
Vic-fezensac y Ceret o las españolas como Cenicientos, Miranda del
Castañar o las novilladas promocionales de Castilla y León, para
que puedan refrendar el buen momento por el que están atravesando.
En nuestra charla a Beli se le notaba muy
esperanzado he ilusionado con la ganadería, tan solo el covid ha
sido el responsable de su frenazo, al igual que lo ha sido para
todos, no dándole mucha importancia a los ataques antitaurinos que
están sufriendo, pues cree que estos son un grupo reducido de
personas que desconoce el día a día de la cría del toro bravo que,
si estos viesen con sus propios ojos con el cariño y pasión con los
que se crían, cambiarían radicalmente de opinión. Puntualizando,
que los verdaderos antitaurinos están dentro del mismo sistema de la
tauromaquia, al igual que algún que otro político, los cuales
intentan imponer su voluntad y no la del pueblo. De lo que sí está
sobradamente convencido es que, en esta ganadería, los toros no se
comen a nadie, y la prueba está en que hay muchos toreros y
novilleros que están colocados en los puestos punteros del escalafón
que les piden tentar, tras hacerlo se van encantados, apalabrando
otro tentadero, lo que no entiende es porqué, después no se
acartelan con estos, al igual que lo hacían las figuras de otras
épocas, como eran El Viti, Camino o Puerta. Pero bueno, esperemos
que esa tendencia cambie por que de verdad se lo merecen, pues están
realizando un duro trabajo y encima han pasado un invierno muy duro,
con frio y una nevada que les estuvo dificultando su trabajo varios
días, pero afortunadamente el ganado a día de hoy esta inmejorable
y luce esplendoroso, como se puede observar en las fotografías, ya
saben que más vale una imagen que mil palabras.
Para finalizar, sólo me falta agradecer el trato
recibido tanto por el ganadero Jesús como por los mayorales Ignacio
y Beli, esperando y deseando que los buenos resultados se sucedan
para que la ganadería recupere ese sitio que la historia de la
tauromaquia les tiene reservado.