Debido
a la maldita pandemia que está azotando el mundo, para el bien de
todos, nos fue prohibida nuestra libre circulación, por lo que hemos
estado confinados en nuestros domicilios, al ir pasando el tiempo,
he ir mejorando, hemos pasado las distintas fases que nos han
permitido movernos , por lo que cuando hemos podido viajar libremente
por la provincia, he sentido la necesidad, después de muchos días
confinado, “de campear”, por eso me puse en contacto con el
ganadero, que con este reportaje les presento, Sergio Centelles
Badal, el cual, muy amablemente no puso impedimento, a la petición
de hacerle un reportaje para enseñarles a todos ustedes la ganadería
y de paso, saber de las inquietudes de un ganadero, en unos tiempos
tan duros y difíciles.
Para
poder realizar el reportaje nos desplazamos a las dos fincas, en que
se divide la ganadería, en la actualidad los machos están en la
finca de Cati cuyo nombre es “El Corral del Esquerrer” y la otra
en donde pastan las vacas y sementales en Ares del Maestre y el
nombre es “La Massa” las dos en la provincia de Castellón.
Los antecedentes taurinos de Sergio se
remontan al 1960, que es cuando su abuelo materno Francisco Badal,
empieza a comprar animales bravos, principalmente en la zona de
Andalucía y una vez comprados los traía a la finca de Ares del
Maestre, a principios de temporada, para ir vendiéndolos a los
distintos pueblos, para la celebración de sus distintas fiestas, de
esta forma cuando se terminaba la temporada allá por el mes de
octubre no quedaba un solo animal bravo en “La Massa”, pasando
unos inviernos desahogados, en un principio su abuelo tuvo un socio,
pero a los pocos años de aquella sociedad, esta se deshizo,
quedándose en solitario, continuando con la reventa de ganado bravo,
con el paso de los años, su abuelo fue haciendo un buen mercado, y
con el tiempo, el relevo generacional fue llegando, cogiendo el
testigo los padres de nuestro anfitrión, decidieron dar un cambio
ganadero, tras coger ellos la batuta ganadera, para eso el mismo año
que nació Sergio, en 1988, compraron un hierro de la Asociación a
los “Hermanos Ramos Alonso”, poniéndolo a nombre de nuestro
protagonista, comprado el hierro, adquirieron un lote de vacas y un
semental a la ganadería de Marcos Núñez, comenzando así una nueva
etapa, pasando de no tener animales en el invierno a tener que
atender el ganado todo el año, tras la primera compra, al poco
tiempo añadieron a la vacada un lote de vacas de Baltasar Iban,
estando con esta procedencia hasta el 2008, año en el que adquieren
vacas a las ganaderías de Jiménez Pascuau, Los Rónceles, y al
maestro Joselito de sus dos ganadería El Tajo y La Reina, por lo que
en la actualidad la vacada está compuesta de un 70% de sangre Domecq
y un 30% Núñez, con esta última adquisición y con la fortuna de
haber podido seleccionar nuevos sementales y vacas, que han ligado,
la vacada goza de más trasmisión, entregándose desde el principio
de la lidia, pues es sabido que el encaste Núñez es frio en sus
salidas.
Como habrán podido
leer, son dos las fincas en la que pasta el ganado, la de “La
Massa” es la primera finca en que empezaron, esta finca es muy
bonita y con unos buenos pastos, teniendo el inconveniente de la
climatología, los inviernos son muy duros y es raro el año que no
nieva un par de veces en abundancia, debido a su altitud, complicando
mucho el poder atender el ganado en los meses de invierno, por lo que
hace unos años decidieron comprar una finca, la cual esta, no muy
lejos de la otra y posee un clima más benévolo, al no tener tanta
altitud, esta es la de “El Corral del Esquerrer”, esta finca es
muy funcional y en esta pasa el ganado todo el invierno, aparte de
tener todos los machos todo el año en ella, teniendo muy fácil
acceso.
La vacada está compuesta por 70 vacas
y 2 sementales con sus descendientes, aparte de toros traídos desde
diferentes ganaderías, contando con ejemplares de las ganaderías de
Torrealta, Yerbabuena, El Torero, Gerardo Ortega, Isaías y Tulio
Vázquez y Guadaira, para reforzar y abastecer el mercado que tienen,
en total serán unos 300 animales los que en la actualidad se
reparten entre las dos fincas. Sergio es un ganadero, con la cabeza
muy bien amoblada y cuando eligió el dejar los estudios y dedicarse
en cuerpo y alma a ser ganadero, lo primero que tuvo claro es que la
ganadería debería de ser rentable, para poder subsistir, por lo que
tras a ver lidiado alguna novillada sin caballos y comprobar de
primera mano el bajo precio con el que pagan las novilladas y ver que
este mercado está muy monopolizado, decidió que hasta que no
pudiese vender los novillos al precio que él considera oportuno,
para que la ganadería sea rentable, sus animales los venderá en los
denominados festejos populares, mercado en el cual se maneja como pez
en el agua, independientemente, de no renuncia, a vender una
novillada, siempre y cuando el precio de las reses sea digno, las
diferentes tientas que lleva a cabo para ir seleccionando las hembras
y machos, que se quedan como reproductores, son realizadas en la
placita de tientas que tienen en “La Massa”, en estas tientas
aprueba las reses, que la mayoría de los ganaderos buscan, animales
que sean bravos, que tengan trasmisión, que humillen, que tengan
nobleza sin ser tontos, siendo muy exigente en el caballos en donde
tiene que ir 4 o 5 veces por derecho sin rehuir el castigo y siempre
yendo a más, la verdad es que lo está consiguiendo ya que la vacada
está en un momento fenomenal.
En nuestra visita, también hablamos sobre la repercusión que
está teniendo la pandemia sobre la Tauromaquia, siendo muy pesimista
ya que aparte de la maldita pandemia se une una crisis económica.
Él, lo primero que se planteo fue la reorganización de la vacada,
llevando una serie de toros al matadero que consideraba que no los
podría defender económicamente en un futuro, quedándose solo con
cuatreños y con toros “limpios”, aparte envió unas pocas vacas
al matadero y alguna la vendió para vida, de esta manera reducir
costes y así intentar poder aguantar el tirón. Otro de los hechos
que se quejó muy amargamente, fue la nula ayuda que les está
prestando la administración, aparte de no concederles ninguna
subvención o ayuda económica, el sector taurino, no está siendo
tratado de igual forma que otros sectores a los cuales sí que les
están dejando trabajar, con unas normas no tan duras como las que
les están imponiendo, siendo casi imposible el poder realizar algún
festejo, sintiéndose maltratados económica y psicológicamente.
Aparte de todo esto también está percibiendo, que algunos
aficionados se están acomodando, es decir que no le dan la
importancia a lo que realmente está ocurriendo, pues está en
peligro el mundo de la Tauromaquia, con todo lo que ello conlleva,
pues aparte de lo que es una forma económica de vida, esta forma
parte de nuestras raíces he historia y no se debería de perder
nunca.
Rematando lo que fue la visita quise darle ánimos,
esperando que esta maldita pandemia pase lo más rápido posible para
que volvámonos a la normalidad y que si este reportaje le puede
abrir los ojos a alguien me sentiré satisfecho, y como despedida
queriendo añadir unas palabras que Sergio dijo, que resumen todo lo
dicho con anterioridad, por eso lo escribiré como salieron de su
boca “Me gustaría que a mis hijos no les impusiesen el no ser
ganaderos y que ellos decidiesen el ser ganaderos o no libremente”.