La colocacón del puyazo también es de capital importancia. En la actualidad todos los picadores, sin apenas excepción, pican trasero. Es un acto de barbarie, pues detrás del morrillo, no ahorman al toro - que es uno de los diversos objetivos del puyazo-, sino que matan. Los picadores apuntan por el espinazo atrás, al costillar, mutilan vértebras, descuartizan, ocasionan disparatadas hemorragias. Los matadores, directores de lidia, dejan hacer, sin duda porque entre toro ahormado, pero vivaz, y toro de embestida defectuosa, pero moribundo, prefieren el segundo. Sólo este precedente bastaría para contemplar con recelo la pretensión de que sean los matadores quienes determinen la duración y circustancias del tercio fundamental de la lidia."
Joaquín Vidal (El Toreo es Grandeza)
Pués los picadores están empeñados en que hay que picar en la cruz, incluso se atreven a decir que es lo que pone en todos los libros.
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