En muchos de mis reportajes camperos hago alusión a la climatología, ya que es determinante y fundamental el agua caída desde el cielo en las ganadería para su óptimo estado, tanto por mucha, como por poca, por desgracia en nuestra visita a finales de invierno a “La Ruiza”, finca que como muchos de ustedes sabrán pasta la ganadería de D. Tomas Prieto de la Cal, tenían una sequía preocupante, las fotos lo delatan, teniendo que tomar medidas a la antigua usanza como hacían los ganaderos en el siglo XIX, los cuales, disminuían el número de lotes de vacas, aumentando el número de estas en cada lote echando por lote un par de sementales, de esta forma aprovechar al máximo la poca hierba en grandes espacios, a la espera de que viniesen las lluvias y que la praderas sembradas germinaran, como afortunadamente paso.
Eso sí, al enlotar de la forma anteriormente explicada hay que estar muchísimo más encima de la piara de vacas, para ir anotando que vaca es cubierta por cada semental; esta tarea fue lo primero que presenciamos a primerísima hora de la mañana, acompañando a D. Tomas y su hija María la cual libreta en mano iba tomando las anotaciones pertinente, aprovechando también para poner algún crotal identificativo, como podrán ver en una instantánea. Revisadas todas las vacas pasamos a hacer lo propio con la camada de toros y novillos, que decirles, posiblemente sea una de las camadas con más trapío que haya podido ver en “La Ruiza”, teniendo bastantes festejos contratados.
Esperemos que estos den el espectáculo que de ellos se espera, que seguro que lo darán ya que esta ganadería una de las características que tienen es que los espectadores que se sientan en el tendido no se aburren, pues son animales distintos a la gran mayoría de las ganaderías que se acartelan en las distintas ferias y de eso puedo dar fe ya que por poner un ejemplo, el año pasado pude ver la corrida concurso de ganaderías en la población torista de Cenicientos, en la cual se lidio un ejemplar de esta ganadería, este estaba marcado con el número 37 de nombre “Ligero” y fue estoqueado por Damián Castaño, el burel fue bravísimo dando un espectáculo en el caballo precioso, por desgracia son muy pocas las tardes que se puede ver esta suerte como lo disfrutamos en Cenicientos y más en el toro referido, en la muleta siguió siendo bravo y encastado, cortándole su matador una merecida oreja, ovacionando al toro en el arrastre como se merecía, al igual que esta ganadería se hubiese merecido, que este año se les hubiese contratado una corrida, solo por él juega ofrecido por “Ligero”, pero bueno, los organizadores sabrán.
Tras revisar los machos a lidiar, D. Tomas y su hija volvieron a la casa ganadera, para recoger y salir a caballo toda la familia junta, pues hacia unas cuantas semanas que no se reunían todos y evidentemente le apetecía la ganadero el volver a retomar la jornada ganadera, rodeado y ayudado por sus hijos, los cuales son el futuro de la ganadería, que seguro, que con los genes que corren por sus venas este esta asegurado, tras marchar todos juntos a caballo, nosotros aun proseguimos nuestra labor fotográfica, despidiéndonos del ganadero y de su familia agradeciéndoles la amabilidad mostrada, deseándoles que la presente temporada este plagada de éxitos.
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