"Ante el inminente inicio de la temporada taurina en la plaza de Sevilla y tras conocerse los carteles del abono de 2009, la Unión taurina de abonados y aficionados de Sevilla hace público las siguientes consideraciones respecto a las combinaciones de toros y toreros anunciados.
Existe temor ante las decisiones de presidentes y veterinarios sobre el trapío de los toros y el caché de seriedad y prestigio de la Maestranza. Y como no puede ser de otra manera, los aficionados no deseamos en modo alguno que salgan por chiqueros animales descastados, ayunos de raza y sin fuerza para su lidia.
En cuanto a las ganaderias, un año más la empresa Pagés parece tomar como norte y referencia el encaste Domecq, modelo de toro creado para que la suerte de varas sea testimonial y solamente en contadas ocasiones nos deleiten sus matadores con una verdadera lidia de principio a fin. No es de recibo la repetición en el abono maestrante de hierros que fracasaron el pasado año (Conde de la Maza, Gerardo Ortega y Guardiola; Macandro y Villamarta en las novilladas). Y resulta sangrante el caso de de Juan Pedro Domecq después del estrepitoso triple bochorno de 2008. Con decisiones así la empresa demuestra un año más su alejamiento y desprecio del aficionado.
Igualmente resulta chocante la ausencia de las dos ganaderías triunfadoras la temporada pasada en España: Victoriano del Rio y Núñez del Cuvillo. En la plaza de Sevilla deben acartelarse todas las figuras. El evento lo merece y el precio del abono (las entradas más caras del mundo) así lo exige. El aficionado no asimila las razones que airean unos y otros. Se impone tolerancia, altura de miras, menos dosis de orgullo y descarte de vanidades.
Las combinaciones son pobres, repetitivas y sin sensibilidad taurina; con algunos carteles alucinantes, como el viernes y sábado de farolillos. No hay carteles rematados y en los mejores siempre va un 'telonero' para abaratar (Finito, Rivera, Nazaré, Luque, Fandi). Junto a la ausencia de las grandes figuras, comparecen matadores sin mérito alguno para ello.
El aficionado quiere ver en su plaza a Perera, José Tomás, Urdiales, Cayetano, César Jiménez,... encastes variados y carteles rematados. Pero la empresa impone criterios que no convencen a nadie y por sus actos parece que sólo mira su bolsillo y abusa de un público, que sabe le llena la plaza".
Existe temor ante las decisiones de presidentes y veterinarios sobre el trapío de los toros y el caché de seriedad y prestigio de la Maestranza. Y como no puede ser de otra manera, los aficionados no deseamos en modo alguno que salgan por chiqueros animales descastados, ayunos de raza y sin fuerza para su lidia.
En cuanto a las ganaderias, un año más la empresa Pagés parece tomar como norte y referencia el encaste Domecq, modelo de toro creado para que la suerte de varas sea testimonial y solamente en contadas ocasiones nos deleiten sus matadores con una verdadera lidia de principio a fin. No es de recibo la repetición en el abono maestrante de hierros que fracasaron el pasado año (Conde de la Maza, Gerardo Ortega y Guardiola; Macandro y Villamarta en las novilladas). Y resulta sangrante el caso de de Juan Pedro Domecq después del estrepitoso triple bochorno de 2008. Con decisiones así la empresa demuestra un año más su alejamiento y desprecio del aficionado.
Igualmente resulta chocante la ausencia de las dos ganaderías triunfadoras la temporada pasada en España: Victoriano del Rio y Núñez del Cuvillo. En la plaza de Sevilla deben acartelarse todas las figuras. El evento lo merece y el precio del abono (las entradas más caras del mundo) así lo exige. El aficionado no asimila las razones que airean unos y otros. Se impone tolerancia, altura de miras, menos dosis de orgullo y descarte de vanidades.
Las combinaciones son pobres, repetitivas y sin sensibilidad taurina; con algunos carteles alucinantes, como el viernes y sábado de farolillos. No hay carteles rematados y en los mejores siempre va un 'telonero' para abaratar (Finito, Rivera, Nazaré, Luque, Fandi). Junto a la ausencia de las grandes figuras, comparecen matadores sin mérito alguno para ello.
El aficionado quiere ver en su plaza a Perera, José Tomás, Urdiales, Cayetano, César Jiménez,... encastes variados y carteles rematados. Pero la empresa impone criterios que no convencen a nadie y por sus actos parece que sólo mira su bolsillo y abusa de un público, que sabe le llena la plaza".
Foto: Bicho de J.P. Domecq fotografiado por Josemi en Sevilla
Este comunicado está muy bien, pero donde hay que exigir el toro íntegro es en la plaza. Y se por algo se distingue la Maestranza es por su permisividad. Esos famosos silencios maestrantes, que muchas veces, callando otorgan. Sí no se hubiera permitido ésto en años anteriores, no habría que lamentarse ahora.
ResponderEliminarYo soy un aficionado de la Plaza de Sevilla y suscribo todo lo dicho, salvo que quiera ver en mi plaza a César Jiménez.
ResponderEliminarMacandro