En tardes como la que hoy hemos vivido, donde la emoción se adueña de nuestras ilusiones, donde el aficionado vuelve a creer que no todo está perdido, donde se afianza la apuesta por la esencia de este rito mercantilizado en exceso, donde si sale el TORO, se apagan nuestros desánimos y la vida nos vuelve a sonreír...
Disfrutamos, el ruedo de La Caverina, de seis novillos, con real aspecto de toros de plaza de primera categoría.
Una presentación imponente, enmorrilados, con cuajos, bien rematados, perfectamente armados por delante y un comportamiento, en general, de bravos y con casta. A destacar el segundo de la tarde, de nombre "Caprichoso" que tomó hasta tres varas, protagonizó un tercio de banderillas con riesgo y dio un juego en la muleta, embistiendo por abajo y por ambos pitones, difícilmente de olvidar para el aficionado, fue premiado con una vuelta al ruedo, más tarde recibiría el galardón al "mejor novillo de la Feria".
Gloria Cantero- Aquí la crónica completa publicada en El Chofre-
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