Y fueron desfilando por la tarde. No sabemos si resacosos, o mansos de condición, pero el caso es que aquello para nada se parecía a una corrida de toros. Aquello era un desfile de veteranos, una cuadrilla de desgana, una vergüenza ganadera que pone en entredicho los criterios de selección de la familia Lozano. Deshonra en toda regla.
El caso es aquello empezó a convertirse en un desorden absoluto. Que si un capotazo para aquí, que si otro para allá, que sin picotazo trasero, que si un sablazo allá donde cayera… Menos lidia, cualquier cosa.
Eneko Andueza en El Chofre (Aquí la crónica completa)
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