Sobre los aficionados integristas ( Andrés de Miguel)
No en vano se habla de la fiesta de los toros como de la fiesta del valor. Y permítanme insistir en que la fiesta de los toros es una representación de la propia historia del hombre como enfrentamiento entre las fuerzas de la naturaleza encarnadas por el toro bravo y las de la cultura defendidas por el torero que somete y hace suya a la naturaleza. Por eso los aficionados integristas, impidiendo o retardando la degeneración de la bravura, al exigir riesgo en los toros, son determinantes en la evolución y mantenimiento de la fiesta de los toros.
Los aficionados integristas, fieles, apasionados, insolentes, irascibles, rigurosos, intransigentes, serios, iconoclastas, entregados, que se han ido reproduciendo a través de sucesivas generaciones y diversas situaciones sociales, siempre flanqueados por los mismos vicios e idénticas virtudes, han posibilitado que la fiesta de los toros siga siendo un espectáculo heroico e irrepetible donde triunfar sin riesgo es triunfar sin gloria.
Andrés de Miguel
Somos los menos. Especie a extinguir, ya que el gran público que se asoma a las Plazas, o tiene un mínimo de conocimiento de lo que es la Fiesta de los Toros, o carece en absoluto de ello. En mi localidad, observo que se me mira con reparos, como diciendo "ya está ese hombre protestando. Lo hace por todo". Y en verdad lo hago- la suerte de varas, la colocación ante el toro, la descarga de las suertes y la forma de ejecutar la estocada, que yo repruebo, normalmente es aplaudida y vitoreada por la mayoría. En fín...
ResponderEliminarSaludos!
ResponderEliminarTu no eres el solo: a mi tambièn, a mi amigos aficionados de pelea, nos miran como reparos, como si fuimos animales curiosos, sobre todo desde los callejones, donde se encuentran los lameculos de los taurinos, que ignoran totalmente el peligro que corre la fiesta que no es brava.
Me da igual: la lucha continua. A los de la peña "chhhuuutttt", les gritamos "callate", abre los ojos, que nosotros defendemos la corrida aùtentica, mientràs que la dejeis morir.