Hoy hace cien años
Corrochano destacaba el carácter y vocación de Joselito:
"carácter y vocación. Carácter para imponerse una disciplina que contagie a toda la plaza y alcance a toda su cuadrilla. Sin cuadrilla no se puede torear. Por la cuadrilla se conoce al maestro. Vocación para hacer de su profesión, su vida. No sentirse a gusto fuera de la profesión. No estar jamás íntimamente satisfecho. Querer siempre hacer más, superarse. Superarse, no estancarse engreído en íntima adoración, porque el narcisismo limita las posibilidades para el artista y estanca al torero que cree que no hay más allá. La maestría es, por el contrario, un afán ilimitado; buscar desesperadamente la perfección cada día"
Nota: la tercera foto la acabo de copiar del blog "La razón incorpórea" , en donde aparece esta nota: Un Joselito muy joven brinda el toro de su alternativa (Excepcional documento gráfico publicado en la revista Nuevo Mundo el 3 de octubre de 1912)
¡Que maravillosa forma de expresar la transcendencia de la tauromaquia como "modelo" de vida, para una sociedad!. ¿Seria imaginable este "programa de vida" en boca de un banquero, de un politico o de un periodista o de casi cualquiera en nuestros días?. Es en esta ética de Joselito donde reside precisamente "el peligro" de contagio de la fiesta de los toros. Al poder, se llame como se llame, no le interesan modelos tan autoexigentes. Un pueblo culto y disciplinado es muchisimo mas dificil de manipular por medio del miedo. JUANSINTIERRA
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