Arnaud nos escribe sobre la corrida de José Escolar en Dax

Copio el texto completo del Mail:
Hola,

Aquí tienes el resumen de ayer, es posible que haya errores ya que soy francés. No he podido hacer los puntos de exclamación en español.
Gracias y un saludo =)

Arnaud.



Después de la corrida del sábado, un petardo en toda regla, los aficionados esperaban con muchas ansia la corrida de José Escolar y al final el público torista de Dax que llenó la plaza salió conmocionado de la corrida. D. José Escolar envió en Dax una verdadera corrida de toros, del mismo nivel que la de Mont de Marsan. Seis toracos fuertes, bravos en el caballo y con grandes posibilidades en la muleta. Murieron con la boca cerrada. La presidencia decidió poner un solo picador para poner de relieve el tercio de puya y fue una decisión acertada. Los picadores cumplieron ; a destacar : las cuadrillas de J. Castaño y su picador Alberto Sandoval que hizo la vuelta con su torero. Qué gran picador ! Los toros se emplearon en el caballo, sobre todo el tercero y sexto pero demasiados picados. Gran pelea la del sexto toro, que recibió tres puyazos enormes. Y en la muleta, hubo casta, exigencia, en definitiva el toro. Destacaría el segundo « Mislito », que salió de sobrero, un torrente de casta en la muleta de Castaño. El salmantino se vio desbordado por el toro. Una pena… Vaya toro. El quinto « Milagroso » tuvo el honor de la vuelta póstuma ( vuelta protestada ) porque fue bravo en el picador. Quizás en la muleta le faltó fuerza. Y el sexto para mi, uno de los toros de la corrida, el de más presencia, bravo y muy picado, que tuvo un buen comportamiento en la muleta. Gran ovación al toro. En cuanto a los toreros, Robleño fue valiente, Castaño desbordado por el segundo y fue pitado. En el quinto, estuvo correcto. La sorpresa fue Alberto Aguilar, que se cruzó, toreó y mató muy de verdad. Al final de la tarde, el torero y el ganadero salieron a hombros. Una estatua para D. José Escolar Gil. Qué gran temporada para él y sus toros ! Ahora, a esperar los Baltasar Ibán.
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Nota: sólo nos resta dar las gracias a Arnaud