“Me ha maravillado la corrida”, explica el dramaturgo. “He visto una ceremonia que ritualiza la muerte, que convierte al toro en un tótem y que en absoluto degrada al animal. Al contrario, la corrida es una eucaristía circular [el ruedo] donde el toro adquiere una presencia absoluta y donde se produce una dialéctica entre el erotismo y la muerte, con todos los matices litúrgicos y desde una celebración popular”. Semejantes conclusiones van a provocar que arrecien las críticas de los animalistas.(...)
Considera que el animalismo “es un dogmatismo que diagnostica la neurosis y el histerismo de la sociedad actual, definida en dos extremos: la muerte industrial de los animales y su antropomorfismo”.
Aquí el artículo de El País - http://cultura.elpais.com/cultura/2016/05/22/actualidad/1463950813_464267.html?id_externo_rsoc=TW_CC -
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