La
cuestión es delimitar eso del maltrato y bienestar animal. Quizá
sea más fácil de lo que creemos, aunque a lo mejor el delimitar la
cuestión podría molestar a más de uno y hasta podría ser que se
le complicara la vida a esos que tanto aman a los animales. Podríamos
hablar de que el maltrato y bienestar animal se empieza a producir en
el momento en que a los animales se les obliga a vivir sin que se
respete su condición natural, una forma de vida que respete sus
condiciones naturales y que no reprima sus instintos
(...)
puede
darse el caso que a los animalistas les sea más difícil explicar
eso del bienestar animal en un piso de Canillejas, Moratalaz, la
Prospe o Aluche, que a un criador de bravo del Campo Charro. Que
hasta puede que si se consultara a algún psicólogo animal (¡Madre
mía!, me horroriza solo decirlo), lo mismo nos descubre que una
mascota no goza de todo el bienestar necesario si está encerrado en
un piso durante todo el día, saliendo solo por la mañana y por la
noche para hacer sus cositas y sus cosazas. Que eso de tratarle como
un ser humano le desquicia más que le beneficia...
Pero
claro, a estos animales les podemos subir al sofá, meterlos en la
cama, ponerles un jersey a rayas y dar besos en el hocico y a un
toro, una vez superados los quince días de vida, pues, ¿qué
quieren que les diga? No es recomendable.
PS
de Andrés Verdeguer: Y a Enrique todavía se le olvidó hablar de
esa técnica que tanta comodidad da a los amos de mascotas: la
castración por sistema. Viva la desnaturalización.
Esclavizan a los animales, cuando la libertad, es un derecho fundamental .Y no hay nada más libre que un toro en la dehesa.Cuando hablan de humanizar a los animales, empezamos castrando a los dueños. Que gran idea.
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